Porcentaje de estudiantes universitarios que juegan a juegos de azar en 2025

Porcentaje de estudiantes universitarios que juegan a juegos de azar en 2025

En México, el fenómeno de los juegos de azar ha crecido de manera significativa en los últimos años, tanto en espacios físicos (casinos, casas de apuestas) como en plataformas digitales (apuestas deportivas, ruletas virtuales, tragamonedas en línea). Entre los jóvenes universitarios, esta tendencia ha cobrado especial relevancia debido a la fácil accesibilidad que dan los teléfonos inteligentes y el impulso de las redes sociales. En este artículo repasamos la información disponible sobre la prevalencia de juegos de azar entre estudiantes universitarios, sus posibles causas, riesgos y recomendaciones para una participación responsable.

1. Contexto y ausencia de datos precisos en México

A diferencia de algunos países de América Latina que han llevado a cabo encuestas nacionales sobre hábitos de juego en jóvenes, en México no existe un estudio público y oficial específico para 2025 que determine con exactitud el porcentaje de universitarios que apuestan o juegan con dinero. Sin embargo, al analizar tendencias regionales y datos parciales, podemos aproximar un panorama:

  • Estudios internacionales recientes señalan que, en Latinoamérica, entre el 20% y el 30% de los universitarios ha jugado con dinero al menos una vez en el último año.
  • Encuestas en países como Argentina (2023) encontraron que el 23.3% de los estudiantes universitarios había apostado o jugado con dinero en los últimos 12 meses.
  • Investigaciones en España y Reino Unido —aunque no idénticas al contexto mexicano— reportan cifras de entre 18% y 28% de universitarios que participan en actividades de apuestas.

Con base en estas referencias, varias organizaciones y expertos en México consideran que, en 2025, el rango probable de estudiantes universitarios que juegan con dinero (en línea o presencial) se ubica entre el 20% y el 25%. Esto incluye quienes apuestan en casinos físicos, forman parte de grupos de póker universitario, compran boletos de lotería o participan en plataformas de apuestas deportivas.

2. Factores que impulsan el juego en universitarios

2.1. Acceso y tecnología

Hoy en día, casi todos los estudiantes cuentan con un smartphone conectado a Internet. Las aplicaciones de apuestas suelen ser gratuitas para descargar, ofrecen bonos de bienvenida y envían notificaciones constantes sobre “ofertas” o “promociones de último minuto”. Esa facilidad de acceso hace que el obstáculo principal ya no sea moverse a un casino físico, sino simplemente deslizar el dedo en el celular y realizar la apuesta desde la sala de su casa o incluso durante el salón de clases.

2.2. Presión social y entorno universitario

  • Amigos y compañeros: cuando un grupo de estudiantes decide apostar en un partido de fútbol o inscribirse en torneos de póker, existe presión implícita por “no quedarse fuera” de la diversión.
  • Eventos deportivos en campus: muchos campus organizan rifas, pronósticos deportivos internos y torneos de juegos de azar “recreativos” como parte de sus actividades, lo que normaliza la práctica.
  • Cultura del “dinero extra”: algunos estudiantes ven las apuestas como una vía rápida para generar ingresos extras y cubrir gastos de transporte, alimentos o libros, sin calibrar que el riesgo puede superar cualquier ganancia ocasional.

2.3. Estrés académico y búsqueda de recompensa inmediata

Las largas jornadas de estudio, trabajos finales y exámenes presionan la salud mental de los universitarios. Apostar ofrece una descarga de adrenalina y una recompensa inmediata (ganancia económica o emoción del juego). Esa gratificación rápida puede hacer que más de uno opte por dedicar tiempo y dinero al juego en lugar de descansar o dedicarse a actividades alternativas, como deporte o convivio social fuera del casino.

3. Riesgos asociados y señales de alerta

El juego problemático o la ludopatía son cada vez más visibles en población universitaria. Entender los riesgos ayuda a identificar señales de alerta:

  1. Pérdida de control
  • Apostar más de lo planeado, tarde en la noche o en periodos de estrés (épocas de exámenes).
  • Continuar apostando para “recuperar” dinero perdido, lo que suele generar un ciclo de pérdidas mayores.
  1. Impacto académico
  • Descenso en el rendimiento: faltas a clases por desvelos apostando en línea o por acudir a casinos.
  • Dificultad para concentrarse en tareas y proyectos, motivado por la preocupación de haber perdido dinero o la urgencia de volver a apostar.
  1. Consecuencias financieras y emocionales
  • Endeudamiento con tarjetas de crédito, préstamos estudiantiles o familiares.
  • Ansiedad, irritabilidad y aislamiento social cuando el estudiante no puede pagar deudas.
  • Problemas de sueño y estrés continuo ante la posibilidad de no recuperar lo invertido.
  1. Señales socioculturales
  • Aumenta la normalización de chistes o “memes” sobre apuestas universitarias, como si fuera algo inevitable.
  • Ambientes de juego clandestino dentro del campus o en viviendas cercanas, sin supervisión ni regulaciones claras.

4. ¿Cómo abordar este fenómeno?

4.1. Educación preventiva en el campus

  • Talleres y charlas sobre probabilidad y riesgos del juego: explicar que las “buenas rachas” no garantizan ganancias; que el 99% de las veces la casa tiene la ventaja.
  • Invitar a expertos en adicciones para comentar casos reales y estrategias de autocontrol, ofreciendo información concreta de cuándo buscar ayuda.

4.2. Programas de autocontrol y límites voluntarios

  • Plataformas de apuestas con herramientas de autolimitación: fijar tope de depósito diario o semanal, bloquear la cuenta si se detecta un patrón de apuestas excesivas.
  • Grupos de apoyo en el propio campus: estudiantes voluntarios que brindan acompañamiento y oyen de forma anónima sin juzgar.

4.3. Apoyo de la familia y orientación psicológica

  • Involucrar a padres y tutores en la conversación sobre el peligro del juego excesivo.
  • Facilitar citas gratuitas con psicólogos especializados en adicciones a través de los servicios universitarios de salud mental.

4.4. Regulación y supervisión más estricta

  • Exigir a casas de apuestas en línea que presenten certificados de juego responsable y verifiquen edad y estado académico del usuario.
  • Legisladores y autoridades universitarias deben coordinarse para evitar eventos ilegales de apuestas dentro de los campus y sus alrededores.

5. Reflexiones finales

Aunque no exista una cifra oficial exacta para México en 2025, las estimaciones basadas en estudios regionales sugieren que alrededor del 20% al 25% de los estudiantes universitarios ha apostado con dinero en los últimos 12 meses. Esa realidad invita a la comunidad educativa, a las familias y a las autoridades a actuar de manera conjunta.

Crear conciencia, brindar información clara y ofrecer canales de apoyo son las claves para que los estudiantes universitarios puedan divertirse con moderación sin poner en riesgo su salud emocional, su rendimiento académico ni la economía familiar. En lugar de naturalizar la idea de que “todos apuestan”, lo ideal es fomentar un entorno donde el juego sea visto como una opción limitada, no como la panacea para obtener dinero fácil.

Si eres estudiante, pregúntate: ¿lo hago por diversión o se ha vuelto una necesidad? Si eres padre o profesor, mantente alerta y abre espacios de diálogo. Solo así podremos transformar esa estadística en un dato superable, y reducir el porcentaje de jóvenes que caen en conductas de riesgo relacionadas con los juegos de azar.

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